En el coaching y psicoterapia con caballos se trabaja en un escenario completamente diferente a lo más tradicional, ofreciendo una experiencia vivencial, todo lo que aprendemos en una sesión con caballos, se queda profundamente grabado porque lo hemos vivido.
Desde la psicoterapia y coaching se abordan aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
Buscamos posibilitar el desarrollo integral de las personas, haciendo especial hincapié en los aspectos psicoafectivos.
Las áreas de trabajo no sólo son, las llamadas “patológicas”, sino todas aquellas áreas personales susceptibles de desarrollo, mejora o crecimiento, acompañando a la persona en su proceso de cambio y utilizando el aprendizaje basado en la experiencia.
¿Por qué con caballos?
Los caballos funcionan como un espejo del ser humano: tal y como tú eres con un caballo refleja cómo eres en tu vida personal, laboral y en tus relaciones. Los caballos pueden percibir tus sentimientos e incongruencias y reaccionan conforme a ello.
Los caballos no juzgan, pero sí reaccionan de inmediato sobre lo que perciben, y reflejan de una forma directa como eres tú.
Lo que el caballo percibe de la persona, en cuanto a las emociones y al lenguaje corporal, es lo que reflejará, dando la oportunidad de conocerse uno y de encontrar las herramientas necesarias para gestionar las emociones y conductas.
En el coaching y psicoterapia asistida con equinos, el caballo nos alinea con nosotros mismos en distintos niveles, incluyendo el pensamiento, el sentimiento y el propio ser.
El coaching y psicoterapia asistida con caballos proporcionan varios elementos importantes que generalmente no suelen estar presente en las intervenciones más tradicionales, la motivación, trabajar junto a los caballos y en plena naturaleza.
El participante siente que participa activamente, es él quien maneja la situación y se movilizan otros procesos como son: atención, percepción, memoria…
El coaching asistido con caballos acompaña y apoya a la persona, organización o equipo a reflexionar y definir qué objetivos quiere para su futuro.
Ayuda a decidir un plan de acción para conseguirlos. Facilita conectarse con las fortalezas y reconocer los propios recursos.
Se parte de la premisa de que es el cliente quien cuenta con la mayor y mejor información para resolver las situaciones a las que se enfrenta. El coach facilita que la persona aprenda de sí misma.
Uno de los muchos beneficios de este modelo de intervención es que las actividades exigen una reacción inmediata por parte de los usuarios. Desde el primer momento en que se presentan con un caballo, utilizan los mismos mecanismos de afrontamiento que en entornos de sus vidas. Por lo tanto, los problemas o conflictos de los participantes suben a la superficie mucho más rápidamente que en una situación de despacho, éstos pueden ser tratados antes.