Los niños se sienten atraídos por los caballos. La mayoría sueña con montar en uno y vivir un sin fin de aventuras. El poder y libertad que da un caballo es algo excepcional. Y por otra parte, los estudios demuestran que los caballos tienen un efecto muy positivo en los niños.
Por eso, ofrecerles la oportunidad de que puedan hacerlo, es algo que va mucho más allá de brindarles una actividad divertida o de ocio. De hecho, son pocos los pequeños que se animan a montar a caballo durante sus vacaciones o que escogen un campamento hípico para pasar una parte del verano.
La equitación puede ser un estupendo deporte para niños ya que desarrolla el respeto y responsabilidad con los animales ganando confianza y seguridad en sí mismos.
El caballo es uno de los animales preferidos por los más pequeños que pueden obtener grandes beneficios si aprenden a montar y practican la equitación.
Además de las ventajas que obtendrán a nivel físico, esta actividad contribuye al desarrollo de la responsabilidad, el carácter y la personalidad del niño/a, aumentando la confianza y la seguridad en sí mismo. Aprenderá también a respetar la naturaleza y a los animales.
Las clases de equitación pueden empezar a los 6 o 7 años. Primero aprenderán la posición del cuerpo, la forma de sujetar las riendas y la posición de los pies en los estribos. Después aprenderán a sentirse tranquilos y seguros encima del caballo hasta formar un vínculo con el animal que transformará este deporte en su pasión.
A continuación te explicaré algunas de las ventajas que ofrece esta actividad:
- Estimula la capacidad física
La equitación es una práctica excelente para desarrollar la musculatura de los niños y fortalecer sus articulaciones y movilidad. También mejora su equilibro, tanto vertical como horizontal, a la vez que potencia su sentido de la orientación y la coordinación motriz. Además, es un ejercicio que ayuda a regular el tono muscular y acentúa la disociación de la cintura pélvica y escapular, esenciales para conseguir una marcha erguida. De hecho, es una práctica recomendada para los niños con discapacidades congénitas, trastornos psicomotores o enfermedades progresivas ya que les permite ampliar sus movimientos, estimula su postura y reduce la espasticidad (trastorno motor del sistema nervioso en el que algunos músculos se mantienen permanentemente contraídos).
- Mejora la concentración y la atención
Practicar equitación no es una tarea sencilla pues el jinete no solo tiene que regular sus movimientos, sino también los del caballo. Se trata de un ejercicio que exige destreza, dedicación, tiempo, constancia y, sobre todo, una gran concentración. Básicamente, el niño debe focalizarse en la técnica, en el caballo y centrarse en el camino para poder orientar al animal. Por eso, este deporte se utiliza para ayudar a los niños que tienen hiperactividad, problemas de atención o lenguaje o algunos trastornos de conducta.
- Desarrolla la autoconfianza, el autocontrol y la autoestima
Montar a caballo es una forma estupenda de estimular la autoconfianza y seguridad de los niños una vez que han aprendido la técnica y se sienten cómodos cabalgando. También les ayuda a superar sus temores y a gestionar sus problemas y conflictos cotidianos con mayor facilidad e independencia. Además, es un deporte perfecto para desarrollar la autoestima y el autocontrol, haciendo que el niño se sienta mejor consigo mismo. De hecho, los terapeutas recomiendan la equitación para los niños que sufren fobias o temores, problemas de autoestima, falta de autonomía y dificultades para regular sus emociones.
- Favorece la socialización
La equitación es un ejercicio muy útil que se utiliza cada vez más para estimular la expresión verbal y no verbal, así como para favorecer la socialización en los niños que padecen autismo u otras dificultades de integración social. A diferencia de otros deportes, en la equitación es importante que el niño conecte con el animal y establezca un vínculo estrecho que le permita manejarlo. Además, es fundamental el trabajo en equipo pues de lo contrario, el niño no podrá moverse de su sitio. El trabajo en equipo y la relación emocional son habilidades que se irán consolidando progresivamente, primero con el animal y, más tarde, con el resto de las personas.
- Potencia los valores positivos
La equitación estimula en los niños valores positivos como el amor por la naturaleza y, en especial, por los animales. Además, al tener al animal bajo su cuidado y protección se potencia el respeto hacia los demás, la responsabilidad, solidaridad y el sentido del deber. También es un excelente ejercicio para desarrollar la disciplina y asegurar el cumplimiento de las normas, por lo que suele utilizarse para regular el comportamiento de los niños rebeldes y oposicionistas desafiantes.