El caballo es uno de los animales más elegantes y nobles que existen y cohabitan con el hombre. Son criaturas dóciles que han sido nuestros fieles compañeros de viaje durante siglos. Sin embargo, y aunque muchos de nosotros pudiéramos pensar en un principio que esto no es así, aún quedan algunos caballos que se han resistido a compartir sus vidas con la del ser humano, evitando ser domesticados por todos los medios, y que son conocidos como caballos salvajes.
Sea bosque o pradera, el caballo es capaz de adaptarse al nuevo medio cuando su hábitat cambia. El temperamento de un caballo es bastante complicado, por lo que no será muy fácil conseguir que aprendan rápido. Además, dependerá de la raza de caballo, su hábitat natural será uno y otro, desde una pradera a un desierto.
Y es que los caballos también han sido símbolo de fuerza, de garra, de rebeldía y espíritu libre. Por lo que no es de extrañar que esa esencia haya sido conservada y que hoy en día aún queden poblaciones que viven en plena naturaleza o, al menos, de un modo muy similar.
A continuación te explicaré sobre el estilo de vida, el hábitat y otras características importantes de los caballos salvajes.
No es fácil presenciar a los caballos salvajes, puesto que no son un animal muy común que digamos.
Las zonas que han tomado por hábitat suelen ser, por lo general, áreas con abundantes prados y praderas pobladas por una vegetación perenne y bastante húmeda. Estas áreas se corresponden con grandes y amplias llanuras abiertas y despejadas con el fin de observar en todo momento a posibles peligros como los depredadores.
No obstante, su hábitat también puede variar un poco dependiendo de la estación o momento del año en el que nos encontremos. Los caballos salvajes son más bien nómadas, lo que hace que se desplacen en función de las condiciones climáticas y demás. En invierno, optan por partes montañosas o menos despejadas, las cuales les pueden servir para encontrar un refugio y combatir las desavenencias temporales. Ya en primavera, donde comienza la época de cría, y, sobre todo, en verano, se decantan por los lugares anteriormente citados.
Cabe destacar que estos caballos no son animales solitarios, sino que, como ocurre con la gran mayoría de herbívoros, viven formando manadas o rebaños en grupos reducidos.
Estos rebaños y manadas son denominados como harenes y están compuestos por entere cuatro y veinte individuos, más o menos. En dichos harenes, es común que uno de los individuos ejerza el liderazgo dentro del grupo. Este papel recae normalmente sobre la figura de un macho de cierta edad, y que recibe el nombre de macho dominante o semental. A él le acompañan varias hembras y sus crías. Entre las funciones del macho dominante se encuentra el proteger a los demás miembros y evitar que otros machos se intenten apoderar del harén.
A los machos más jóvenes, cuando alcanzan la madurez sexual, son expulsados del rebaño. Es entonces cuando estos comienzan su labor de convertirse en un futuro macho dominante o semental y poder dirigir un grupo de hembras. Hasta entonces, no es de extrañar que varios machos jóvenes deambulen juntos.
Lamentablemente, los caballos puramente salvajes, es decir, aquellos que nunca han estado en contacto con el hombre o descienden de caballos que sí lo han hecho, ya no existen. Pero sí hay que comentar que en su momento sí los hubo.
Específicamente, fueron dos las razas de caballos verdaderamente salvajes: el caballo de Przewalski y el caballo Tarpán.
El caballo Przewalski vivió en las zonas centrales de Asia, y deben su nombre al coronel ruso Nikolaï Przewalski, quien los descubrió y los puso ante los ojos del mundo, algo que descendió en su desaparición. Por su parte, el caballo Tarpán poblaba las partes del Oeste de Asia y de Europa Central. Este era un caballo de un tamaño muy pequeño y que se asemeja, en muchos aspectos, a los potros que conocemos hoy en día.
¿Cómo proteger el hábitat de los caballos salvajes?
Como el caballo necesita espacio para vivir y desarrollarse bien, se deben tomar medidas para proteger su hábitat natural. Aunque la especie de forma general no está en peligro, hay algunas razas que sí debido al cruce con otras y su utilización en labores agrícolas. Además, cada vez son más los lugares habitados por caballos salvajes convertidos en asentamientos o áreas agrícolas. La creación de más áreas y reservas protegidas donde los caballos puedan vivir libremente, así como la implementación de leyes y medidas que restrinjan su uso en trabajos de todo tipo, ayudarán a que la especie perdure.
¿Actualmente, dónde se pueden ver caballos salvajes?
Por fortuna, la preocupación por conservar la naturaleza y todo lo que le rodea está creciendo. Esto ha propiciado que se estén creando muchos espacios para proteger a ciertos animales que están en peligro de extinción. Uno de ellos son los caballos salvajes.
En España, ya se han creado varios espacios en los que los caballos salvajes son bienvenidos y pasan a tener un rol fundamental. Hablamos de lugares como Salgüero de Juarros.
Esta circunstancia también se manifiesta a nivel europeo, y muchos parques naturales están considerando la posibilidad de incluir a los caballos salvajes entre sus inquilinos estrella.
Fuera del territorio español y de Europa, hay otros países que cuentan con caballos salvajes entre su fauna autóctona, como es el caso de Mongolia.