A lo largo de los años, inevitablemente me he podido dar cuenta que la confianza es un factor fundamental para toda la sociedad, incluido los caballos. Si estamos rodeados de alguien en quien no confiamos, nos sentiremos solos o incluso asustados, lo mismo ocurre con los caballos.
Estos animales viven en manada y normalmente tienen al otro caballo del que se fían, como un progenitor o un miembro mayor de la manada. Podemos decir entonces que los caballos precisan de la confianza, es un tema crucial para ellos.
Personalidades Equinas
El problema con muchos caballos maltratados o que sufren un manejo deficiente es que nunca han tenido ninguna razón para confiar en los humanos. Incluso cuando un caballo no muestra ningún interés en el ser humano puede ser porque ninguna persona se ha parado a comprenderlo, manejarlo y enseñarle lo básico sobre la interacción social humano-caballo.
Aquellos caballos que no son extrovertidos y que no toman la iniciativa en la mayoría de los casos, sino que buscan siempre el respaldo de un segundo miembro del grupo que muestre más firmeza y seguridad, pueden rápidamente volverse nerviosos y asustadizos llegando en algunos casos a protegerse en situaciones que les resultan inquietantes y desconocidas, poniendo en riesgo también la seguridad del propietario o de los integrantes del centro hípico.
Por otro lado tenemos a los más valientes y seguros que muestran decisión y suelen encontrarse más receptivos a la hora de la monta aunque también en ocasiones su seguridad se eleva a extremos de picardía y jugueteo.
La mejor forma de ganarse su confianza
No cabe la menor duda de que los caballos prestan mayor atención y responden más fácilmente a aquellas personas que se muestran seguras de sí mismas, siendo calmadas, firmes y positivas. Prefieren a la gente que no les causa malestar, miedo o dolor, que les ofrecen orientación cuando la necesitan y de la que se pueden fiar en cuanto a los cuidados de sus necesidades se refiere.
Por lo tanto, con nuestro caballo debemos de mostrar una actitud segura pero al mismo tiempo calmada, recordando que debemos de ser un apoyo para él. Debe sentirse en un ambiente de confianza, en el cual el caballo debe sentirse seguro de nuestra presencia y receptivo ante las órdenes.
La confianza se consigue con tiempo y paciencia. No te desesperes si tu animal no se porta como a ti te gustaría. Recuerda que Roma no se hizo en un día.
La experiencia es tuya, que nadie te la quite.