Desde que los caballos forman parte de la vida del hombre, el afán de poseerlos, reconocerlos y controlarlos ha crecido tanto en su uso como en su manipulación. Estos animales han pasado de ser imprescindibles para los trabajos del campo a ser expuestos en las mejores pistas del mundo.
El marcado de los animales es muy antiguo y necesario para establecer una propiedad de los mismos. En nuestro país existe una ley desde el año 1499 sobre la obligación de marcar, herrar y señalar al ganado. Ello involucraba una distinción entre marca, hierro y señal, que durante mucho tiempo se consideró diferente aunque en la actualidad un término puede ser sustituido por otro.
Básicamente las principales aplicaciones del marcaje son: signo de propiedad, símbolo calificativo, garantía de origen, atributo de aptitud, necesidades de índole militar, seguro animal, indicación de la edad e identificación individual.
Cualquier caballo debe tener una tarjeta sanitaria equina en la que se identifica al animal por sus propias características, en ella queda reflejado el nombre, raza, edad, capa, sexo, propietario y número de microchip (si lo hubiese). Así como los demás rasgos característicos de su anatomía (remolinos, manchas, color de cascos, entre otros). Hay que tener en cuenta que dicha tarjeta solo puede realizarse por un veterinario y una vez hecha se sellará. Cuando se disponga de esta documentación se podrá desplazar libremente al animal por toda la comunidad y además el veterinario deja constancia de los tratamientos que ha recibido el caballo.
Es importante destacar que a partir del año 2008 es obligatorio que los caballos dispongan de un microchip como método identificativo.
Una manera muy común de identificar a los caballos es a través de los hierros, lo cual debe constar en la tarjeta sanitaria equina. Lo más habitual era marcar al animal a fuego: presionando con el hierro sobre el anca, en uno u otro lado dependiendo de la raza y del sexo. Aunque existe otra posibilidad mucho menos agresiva para el caballo, la cual consiste en congelar el hierro en nitrógeno líquido, lo cual es prácticamente inofensivo para el animal.
En el #criaderotradicion identificamos a nuestros #caballosdepaso a través de los hierros, lo cual figura en la tarjeta sanitaria equina. Nosotros NO UTILIZAMOS EL HIERRO A FUEGO ya que puede ser traumático para el animal, UTILIZAMOS NITRÓGENO LÍQUIDO y sedamos al caballo para que no experimente ningún dolor.
El instrumento que usamos se fabrica en cobre por ser mejor conductor del frío que el hierro.
1º Afeitamos la zona de implantación ya que no quedará marcado si hay pelo.
2º El instrumento se sumerge en nitrógeno líquido durante 3 minutos.
3º Se aplica en la zona rasurada durante 40 segundos.