¿Cómo cuidar a tu caballo del verano?

Fidel Sánchez Alayo - cuidados del caballo
Fidel Sánchez Alayo – cuidados del caballo

Con las altas temperaturas del verano que estamos a punto de iniciar debemos tener en cuenta que los caballos son animales de sangre caliente y por lo tanto se aclimatan mucho mejor a temperaturas bajas que exigentes.

Además de su propia constitución, el calor implica la aparición de otros factores como los insectos o la dificultad que pueda existir de mantener una correcta hidratación del caballo y de su adecuado aseo específico de esta época.

A continuación veremos cuáles son los factores clave que debemos analizar y detectar para mantener a nuestro  caballo saludable durante estos meses que se aproximan y tenerlos correctamente atendidos.

Altas Temperaturas

El calor es uno de los primeros factores a tener en cuenta. Si vivimos en un lugar donde el clima de verano sea más relajado, nuestro caballo no estará tan expuesto a los peligros de zonas con temperaturas más cálidas.

Si por lo contrario, en nuestra ciudad sufrimos más las consecuencias del calor, tendremos que tener en cuenta que esto afectará negativamente a la salud de nuestro équido por lo que tendremos que tener presente siempre que no podremos exigirle en exceso durante los entrenamientos o paseos.

Como normal general, deberíamos reducir su esfuerzo físico a la mitad de su rendimiento durante el resto del año ya que cuando aumenta la temperatura, su recuperación después del ejercicio será mucho más lenta que de costumbre.

En condiciones climatológicas normales, la temperatura del caballo ha de ubicarse entre los 37,2º C y los 37,8º C. Si notamos que ésta temperatura aumenta de manera acelerada, veremos cómo los tejidos se pueden llegar a daña o incluso provocar la muerte del caballo por un exceso de afluencia de sangre en el cerebro que ocasiona una congestión cerebral.

Otro de los efectos negativos que el calor puede causar en el caballo son las lipotimias, ya que son los animales más propensos a este tipo de dolencias que conllevarán graves consecuencias si no se actúa con velocidad.

Hidratación Correcta

No importa cuál sea la época del año, la hidratación de nuestro caballo ha de ser siempre primordial y tendremos que vigilarla con especial esmero durante esta época.

La falta de agua y por consecuente la deshidratación están provocadas por una sudoración excesiva que lleva a la pérdida del líquido corporal que podrá suponer un problema muy serio si no se rectifica a tiempo ya que es la primera causa de la aparición de cólicos.

Para evitarlo, podremos realizar de manera sencilla el test del pliegue de la piel, que consiste en pellizcar al caballo y ver cómo se comporta su piel, si no vuele con rapidez a su sitio es un síntoma de está empezando a deshidratarse.

 

Para proceder a una correcta hidratación tendremos que realizar un aporte extra de complementos como sales minerales que nos recomiende nuestro veterinario de confianza.

Cada poco tiempo deberemos revisar el bebedero o el recipiente dónde tenga el agua y comprobar que está totalmente limpia, sin insectos ni polvo y además se encuentre entre los 10º C y los 14º C. Esta revisión de cumplimiento obligado y en caso de que no estemos totalmente seguros de la calidad del agua tendremos que rellenarlo varias veces durante el día.

Los Insectos

Su presencia durante el verano se incrementa con creces en los lugares donde está nuestro caballo por lo que tendremos que seguir los mejores pasos para evitar su presencia, aunque es cierto que nunca se conseguirá en un 100%.

En lo que respecta a la alimentación del caballo, existen ciertos componentes y alimentos que puedan hacer de repelente natural:

– Ajo: nos ayudará a mantener un perfil sanguíneo correcto además de aportar vitalidad al caballo y como contiene azufre contribuye también en la buena salud de la piel.

Pero lo que más importa es que al ser expulsado por los poros de la piel al sudar, repele a los insectos por su característico olor.

– Antioxidantes: absorben las toxinas del cuerpo y ayudan a eliminarlas, es decir, limpian el exceso de toxinas a través del sudor. Lo mejor será buscar un producto que contenga una fuente natural de antioxidantes combinada con nutrientes para obtener una buena salud de la piel durante estos meses.

– Ácidos grasos Omega 3 y Omega 6: indicadas para las reacciones antiinflamatorias.