Subirse a los lomos de un caballo y dar un paseo por la sierra o a orillas del mar es una actividad que definitivamente combina la diversión, superación personal y, por supuesto, ayuda a mantenerse en forma. Pero la equitación es mucho más que un deporte.
A continuación te daré algunos detalles de los beneficios físicos y psicológicos que aporta esta disciplina que conquista cada vez más adeptos.
Beneficios Físicos:
El gran elemento diferenciador de este deporte frente a otras disciplinas es la interacción con el animal, lo cual hace que lo convierta en una actividad aún más atractiva. Además, la equitación tiene grandes ventajas sobre el cuerpo para quienes lo practican:
- El tronco al mantenerse erguido, favorece el control de la postura y ayuda a corregirla.
- Regula el tono muscular y además, el hecho de que el caballo tenga una temperatura mayor a la del ser humano favorece a la circulación sanguínea.
- Disminuye la espasticidad (músculos contraídos).
- Al tener que estar alerta ante posibles cambios de ritmo por parte del caballo se favorece la coordinación motriz fina y gruesa, los reflejos y la planificación motora.
- Mejora la percepción del esquema corporal y favorece la adquisición de lateralidad.
Beneficios Psicológicos:
Pero los puntos positivos de la equitación van más allá de lo meramente físico:
- El estar en contacto con el caballo favorece la confianza, el autocontrol de las emociones y también mejora la autoestima.
- Mejora la concentración, la capacidad de atención y, por lo tanto, repercuta de forma positiva en la memoria.
- Que el animal esté bajo nuestro control ayuda a una mejora en la capacidad de atención e inculca sentimientos como el respeto y la responsabilidad.
- Nos proporciona nuevos conocimientos.
- Favorece la ubicación en el espacio y en el tiempo.